lunes, 24 de enero de 2011

1x04 ADA

Priviuslí, en El mundo al revés: Efrén, Zac, Ada, Pascual y Benjamín tienen un accidente de coche. Ada, heterosexual fuera del armario, compagina su trabajo de modelo con su carrera, que la tiene un poco descuidada. Muy amiga de Luis, Ada se encuentra con un chico que le gusta de su carrera en la discoteca la noche del accidente, pero se va corriendo. Además, presenció cómo Pascual le ponía drogas en el cubata a Efrén, el conductor del coche accidentado.


Ada entraba en silla de ruedas en el piso que compartía con David y Luis, llevada por sus padres. Les seguía Luis, que no se había separado ni un momento de ella desde su ingreso en el hospital.

—¿Seguro que estás bien, cielo? —le preguntó preocupado uno de sus padres.

ADA: Que sí, papá. ¿Cómo os lo tengo que decir? Tengo fracturadas ambas piernas. Es un fastidio, sí, pero ya está. Después de semanas en el hospital y varias cirugías, por fin ya está. Más un tiempo en silla de ruedas, más mucha rehabilitación posterior…

—¡Gracias a Asir que estás bien! —exclamó el otro de sus padres.

ADA: No, papá. Gracias a los médicos que son los que me han curado —responde ella indignada.

LUIS: Nena, tu siempre tan atea —gesticuló exageradamente con las manos.

ADA: Yo creo en la Medicina, Luis, que para eso estoy acabando la carrera y va a ser mi futura profesión.

LUIS: ¿Y tu profesión de modelo qué? ¡Con el estatus que tienes tú en el mundo de la moda! Y además, sabes que me encanta que me lleves a esas fiestas con tanto estilo y codearme con famosillos —dijo él ilusionado de recordar todas esas fiestas—. Aunque con 26 años ya, estás un poco out…

(Ada) Ya estamos con los saraos… Si supiera él que en la mayoría me he colado por la cara y que ya casi no me dan trabajo de modelo... Y encima ahora con lo de las piernas, si estoy una temporada sin hacer nada, seguro que ni me llaman más de la agencia. Estoy pendiente de un hilo…

—Bueno chicos, os dejamos que querréis estar a solas —dijo con tono insinuante.

LUIS: Señor Valero, que no somos novios. Somos amigos desde pequeños. ¿No se acuerda de mí jugando en su salón? ¡Somos las rubias! Que es rubia, muy guapa, con tetazas y muy buen cuerpo, sí, pero, ¿ha visto usted mis cejas? —señalando a sus cejas casi de hilo—. ¿Tengo yo pinta de hetero? No, gracias — dijo agitando el dedo de un lado a otro en señal de negación.

—Bueno, bueno, lo que digáis. La dejamos en tus manos, que sabemos que cuidarás bien de ella. Sabes que nosotros no podemos: trabajo y más trabajo. Hasta luego chicos —se despidieron y se fueron.

ADA: Bueno, mari. Entonces Ef se ha quedado ciego temporalmente, Zac tiene amnesia, del amigo de Zac no se sabe nada y Pascual…

LUIS: Por ahí está el muy imbécil —interrumpió él con tono despectivo—. Vino al piso después de salir del hospital y ni me dijo que habíais tenido un accidente. Me enteré luego por David. ¡Es que es gilipollas! Y estos días ha estado entrando y saliendo sin decir nada. Yo creo que ha dejado su trabajo y todo.

ADA: Ais, ¿sí? Pues podíamos ir a Mercamona a ver si está y de paso hacemos la compra.

LUIS: Vale, nena. Me pongo un poco de colorete para resaltar mi super bronceado rayos UVA y nos vamos —y se fue corriendo moviendo las manos y poniéndolas cerca de los hombros.

Y cuando Luis se metió en el baño, Ada aprovechó para llamar a Pascual, enfadada con él todavía por ponerle droga a Efrén y ser una de las causas del accidente, pero éste no le cogía el teléfono.




Cuando salieron del portal se encontraron al chico del lunar en la nariz parado enfrente justo. Ada no daba crédito y lo saludó, acercándose hacia él con la silla de ruedas.

ADA: ¡Hola! ¿Qué haces aquí? —dijo ella sorprendida pero feliz de que estuviese allí.

—Pues nada, que me enteré de lo del accidente y quería ver cómo estabas, pero no me atrevía a llamar —asintió vergonzoso.

ADA: Pues mira, un tiempecito de reposo y estaré bien. ¿Y cómo sabías que vivía aquí? —se le iluminó la cara a ella.

—Luis me dio su dirección el otro día en el pub, por si me apetecía ir a su casa luego. Y yo sabía que vivíais juntos —dijo él con sonrisa pícara y Ada cambió la expresión y miró a Luis con mirada fulminante.

LUIS: ¿Qué? Tenía que intentarlo, ¿no?

ADA: Y qué —se dirigió a él de nuevo—, ¿eres nuevo en la facultad, no?

—Sí, bueno… Mis madres se mudaron aquí… por cuestiones de trabajo. Y yo me vine con ellas. O será que Asir lo ha querido así, porque todos formamos parte de su plan divino…

LUIS: Ejem —interceptó el discurso asirista, que aunque era creyente, mucho de algo le agobiaba—. Nos tenemos que ir.

—Ah, bueno, que me alegro que estés bien, Ada. Nos vemos en clase. Que Asir te bendiga —dijo mientras se iba un poco ruborizado.

LUIS: A él no le pegas ningún corte antirreligioso, ¿no? —y Ada seguía con cara de embobada, cuando de repente se sobresaltó.

ADA: Ais, no le he vuelto a preguntar el nombre. Seré tonta…

LUIS: Yo te sigo diciendo que ése va detrás de mí, Mari —afirmó mientras se ponía a andar empujando la silla de Ada.

ADA: Y yo ya te dije que eso habrá que verlo…

—¡Guapo! ¡Rubio!—se oyó desde el andamio de una obra por la que pasaban.

—Oye, que se te ha caído un papel.

LUIS: Qué papel — y se puso a mirar alrededor asumiendo que le hablaban a él.

—Tu envoltorio, ¡bombón!

LUIS: Uf, qué pesados los paletos estos. ¡Siempre igual! —y continuó empujando la silla de Ada, andando exageradamente y quejándose pero con media sonrisa en la cara.




Llegando al Mercamona, Ada intentó localizar otra vez a Pascual, esta vez un poco más preocupada que enfadada, pero sin éxito. Así que entraron a hacer la compra y a ver si estaba trabajando allí. Lo primero que vieron fue la sección de productos de belleza.

ADA: ¿Pero no estaban aquí antes los desayunos?

LUIS: Sí, pero lo han cambiado. Ay, nena, mira esta crema…

ADA: ¡Qué haces! No te pares en este pasillo más de 5 segundos o…

—Holaaaa. ¿Buscáis algo? ¿Os puedo ayudar? —se acercó persuasiva la chica de Deliplasta.

LUIS: Nada, quería una crema para las manos…

—Pues mira, tenemos ésta de Deliplasta que es… ¡buenísima! Bueno, bueno. Mucho mejor que las cremas esas caras que anuncian en televisión…

LUIS: Ah, vale, mari. Pues me la llevaré. Aunque yo creo…

ADA: Sí, sí. Cógela que nos la llevamos —y le cogió de la camiseta para moverse de allí—. Ni se te ocurra llevarle la contraria a ésta o no salimos vivos de aquí —le susurró entre dientes sonriendo falsamente de oreja a oreja.

“Mercamo mo mo mo, Merca mo mo mo, Mercamooona” (se oía por megafonía un remix de la conocida melodía mientras llegaban a otra sección).

LUIS: ¿Y aquí no estaban esos flanes que tanto me gustan a mí?

ADA: No, mira, ahora los han puesto enfrente. Y de los que a ti te gustan ya no hay. Ahora, o lo compras de la marca Rebajado o no comes flanes.

LUIS: ¡Qué monopolio! ¡Esto es una vergüenza! —decía indignado mientras cogía los flanes sin tener otra alternativa—. ¿Qué más queda por coger?

ADA: Pues necesito leche y huevos. Creo que están por allí, o quizá ya no… Mira, ahí. Cógelos.

Y cuando se dirigían hacia otra sección, unos obreros tiraron una estantería al suelo.

LUIS: ¡Cuidado! —protegió Luis a Ada de los escombros que cayeron y chilló agudamente del susto—. ¡Están haciendo reformas otra vez! Vamos a la caja, corre, nena—y Ada se impulsó deprisa con la silla hacia detrás hasta que salieron de allí y llegaron a la caja.

—Son 13,23 —dijo la cajera una vez había pasado todo por la cinta—. ¿Queréis jabón para las manos?

ADA: No, muchas gracias.

—¿Y una torta de nueces?

LUIS: No de verdad, gracias.

—¿Y unas fresitas? Están muy ricas, eh.

ADA: No, por favor. Sólo queremos irnos —le suplicó Ada para que les dejara en paz.

—Aquí tienen la cuenta. Buenas tardes.

ADA: ¿Sabe usted si Pascual ha venido a trabajar hoy?

—Pues lleva muchos días sin venir. Para mí que ya no trabaja aquí… Tendrán que buscar a otra persona, porque es mucho trabajo para los demás descargarlo todo.




Cuando volvieron al piso, David y Zac estaban en su habitación mientras Tirso les esperaba fuera, sentado en el sofá mirando a la nada. En ese momento, llegó también Efrén, cogido del brazo de Ofe, y les abrió la puerta Luis.

OFE: Hola. Mira Ef, Ada está por fin en el piso.

EFRÉN: ¿Cómo estás guapa? —decía sonriente intentando encontrarla con los brazos extendidos, pero se chocó con la silla de ruedas—. ¿Y esto?

ADA: Nada, no te preocupes —le tranquilizó cogiéndole las manos—. Tendré que estar un tiempo así, pero me pondré bien. Acabamos de venir del Mercamona, que parece que Pascual ya no trabaja allí y necesitan a gente.

EFRÉN: Qué susto, tío. Menos mal que todo esto es sólo temporal, que si no ya ves. Por cierto, te tengo que contar una cosa, pero primero voy a ver a Zac, que no lo he visto desde que salió y me he enterado que está viviendo en la habitación de David. Ofe, ¿puedes decirle que salga un momento, por favor?

Y Ofe ya estaba yendo a llamar a su puerta. Ada y Luis se metieron en el cuarto de Ada, y Tirso seguía ahí en el sofá, impasible a todo lo que pasaba a su alrededor. Zac salió y al ver a Efrén se quedó un poco disgustado. Ofe entró en la habitación con Ada y Luis.

ZAC: Hola… Por fin aparece el desaparecido —dijo tratando de aparentar indiferencia—. ¿Cómo llevas lo de no ver nada?

EFRÉN: Hola, Zacarías. Pensé que te alegrarías de verme —contestó triste—. ¿Cómo va tu memoria?

ZAC: Mi memoria bastante bien, gracias. Me acuerdo de casi todo, incluso de mi amigo que no tengo ni idea de dónde puede estar. Aunque a lo mejor hubiera recuperado más rápido la memoria si te hubiera visto antes —le reprochó él.

EFRÉN: David me dijo ayer mismo que aun estabas en coma y que no fuera a verte al hospital porque negaban las visitas al que no fuera familiar.

ZAC: ¿Qué? Eso no puede ser —e hizo una pausa para pensar y hubo un silencio incómodo entre los dos—. Bueno, ¿y tú qué vas a hacer con tu vida ahora? —dijo intentando sacar conversación y cambiando el tono hacia más amigable—. Siento mucho lo de tu contrato. Me he enterado por las noticias.

EFRÉN: Sí, yo también lo siento. Pues he hecho algo con un dinerillo que tenía por ahí. Ya lo verás —y se puso contento por las nuevas.

ZAC: Vaya… Yo no sé lo que hacer. No puedo estar viviendo siempre en la habitación de David y me da palo pedirle cada vez que necesito dinero.

EFRÉN: ¿Y por qué no intentas trabajar en Mercamona? Me acaba de decir Ada que necesitan gente. Y bueno, no sé… nadie me ha dicho nada, Zac, pero si estás en su cuarto será porque estáis…

ZAC: Pues sí, mira. ¡Voy a ir ahora mismo! Hasta luego, Efrén —y se escabulló para no tener que darle explicaciones—. ¡Me alegro de verte!

EFRÉN: ¡Ofe! —gritó él para saber dónde estaba mientras sonreía por haber hablado con Zac y tener ciertas esperanzas, ya que no le había contestado a su pregunta.

OFELIA: Aquí, chiquitín —le llamó con su finura característica mientras abría la puerta del cuarto para que entrara —. No sabes lo que ha hecho el loco éste, Luis. Cuéntaselo, Efrén, cuéntaselo —decía ella intentando hacerle el vacío a Ada en la conversación.




Al día siguiente, Ada trató de sentirse independiente saliendo a dar un paseo ella sola. Encontrándose con algunas dificultades en el portal pero finalmente saliendo a la calle, se dirigió a la facultad para ver cómo iban las cosas. Cuando de repente se volvió a topar con el chico del lunar.

—Uy, hola otra vez. Esta vez no ha sido aposta, eh —se sonrojó él.

ADA: Hola, ¿qué tal? Por cierto, siempre se me olvida preguntarte cómo te llamas —dijo tímidamente ella.

—Pues me llamo Osi, encantado —y se agachó para darle dos besos, pero los dos fueron a darlos hacia el mismo lado y sus labios se encontraron momentáneamente—. ¡Santa Ast! —se apartó él corriendo tapándose los labios con la mano—. ¡Qué vergüenza! Perdona, no era mi intención —y se puso tan rojo que se fue corriendo.

ADA: ¡Espera! ¡No pasa nada! —gritó mientras se alejaba, pero no la escuchó y siguió corriendo.

(Ada) Ais. No sé lo que tiene este chico pero me encanta. Seguro que está en el armario el pobre. Osi… qué nombre tan raro. Igual es una abreviatura de algo. Tengo que venir más a clase y así le veré más. Y de paso, ¡me voy a tomar más en serio la carrera! Que ya está bien. Paso ya de tener que suplicar a los de la agencia para hacer desfiles cutres y todo porque “ya soy muy mayor”. Pero espero que el no ir más a fiestas glamurosas no influya en mi amistad con Luis…

Voy a llamar otra vez a Pascual, que ya me tiene preocupada.




Próximo episodio: lunes, 31 de enero de 2010, a las 21:00.

4 comentarios:

  1. jaja soy el primero! esta vez soy el primero!
    joer, me ha costado pillar bien por eso de que es "el mundo al reves" pero mas o menos por lo que me he armado en mi cabeza sobre vuestra situacción (la de los gays) la vrdad esque tiene que ser una putada...
    En plan, todo el resto de gente ligando y Ada no se come ni una rosca...
    A partir de ahora voy a ver a los homosexuales con otros ojos, asique puedes estar orgulloso porque tu serie esta mentalizando a la sociedad xD
    En serio, muy buena serie, de nuevo felicidades!

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  2. Gracias! Ése era uno de mis objetivos XDD

    No es que los gays no se coman una rosca, pero no se tiene tan accesible como los heterosexuales, como en la serie se puede ver lo que dices: los demás tienen sus historias entre ellos y la pobre Ada anda buscando lo suyo donde puede XD

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  3. Vaya, está interesante la serie, aunque me hago un poco de lío con algunos personajes. Pero bueno, supongo que será porque la serie acaba casi de empezar y son muchos nombres de golpe, ya me acostumbro xD

    Me parece muy curioso lo del mundo al revés. Supongo que Ada se debe sentir igual que cualquier homosexual en nuestra sociedad... me cae bien ese personaje, me idetnficio un poco supongo.

    Y la escena del beso entre Ada y Osi, me ha hecho gracia. Es algo típica pero muy cuca! <3

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  4. Es normal que te líes con los personajes. Sé que hay muchos y al principio es lioso, pero si fueran pocos tendría muchas menos posibilidades de crear historias entre ellos.

    La escena del beso es un accidente que me pasó a mí, como mucho de lo que pongo en la serie, y me hizo gracia plasmar una situación parecida como referencia XD

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