lunes, 7 de febrero de 2011

1x06 ZACARÍAS

Priviuslí, en El mundo al revés: Zac tuvo el accidente con los demás y a consecuencia de ello partes de su memoria siguen borrosas. Al salir del centro de acogida en el que estaba por cumplir la mayoría de edad no tenía a donde ir, así que ahora vive en el piso compartido de David (con Luis y Ada), con quien mantiene una relación a raíz del accidente. Aunque parece que Zac siente algo por Efrén, con quien tuvo un rollo hace tiempo, el cual desconoce esta nueva relación.

Por otro lado, después de desaparecer Benjamín, su compañero del centro de acogida, Zacarías  no ha querido admitir que le haya pasado algo malo, pensando que él debe de estar por ahí…




David despertó a Zacarías en la habitación de su piso compartido a besos y con segundas intenciones.

DAVID: Mmm, me encantan tus ojos color miel, tu nariz angulosa de modelo —susurraba mientras le acariciaba—, tu cuerpecito fibrado —decía mientras seguía besándole todo el cuerpo en dirección hacia abajo.

ZAC: Vaya, vaya. ¿Otra vez? ¿Tú es que no te cansas nunca? —decía dejándose hacer.

DAVID: Tú calla y disfruta.

Después de un rato y de su placentero despertar, David se encendió su imprescindible cigarro postcoital, lo cual no entusiasmaba a Zac.

(Zac) Joder, qué pesado con el puto tabaco.

ZAC: ¿De verdad es necesario que siempre estés fumando, David? —sugirió de buenas maneras.

DAVID: Sí —asintió secamente mientras exhalaba el humo del tabaco—. Tú ya sabías lo que había cuando empezamos nuestra relación.

ZAC: Realmente no recuerdo bien cómo fue eso. Fue antes del accidente y aún tengo lagunas.

DAVID: Ay, amor. Tampoco hay mucho que recordar —dijo con risa tonta intentando restarle importancia y dejó el cigarro en el cenicero—. Y por cierto, hoy hacemos dos meses —desvió el tema de conversación a la vez que le daba un pico y se levantaba de la cama.

ZAC: Ah, sí. Es cierto. Se me había olvidado —contestó con un poco de indiferencia tumbado todavía—. ¿Te vas a clase ya?

DAVID: Sí, Zaqui-Zac. Alguno de los dos se tendrá que ganar el pan de la casa cuando seamos mayores y vivamos juntos —decía mientras cogía sus cosas para meterse en la ducha y cogió el cigarro.

ZAC: Perdona, señor abogado, que yo llevo trabajando ya en Mercamona un mes.

DAVID: Claro, claro —dijo altanero, abriendo la puerta del cuarto para ir al baño.

Y conforme la abría se encontró con Tirso de frente mirándole de cara, plantado delante de él.

DAVID: ¡Coño! ¡Qué susto me has dado! —se sobresaltó David— Anda, espérate en el sofá y cuando salga de la ducha me acompañas a clase, como todos los días… Por cierto, ¿dónde está la pulsera que te regalé? Seguro que la has tirado.

TIRSO: La tengo en casa.

DAVID: ¡Pues no sé para qué te la di entonces!

Zac estaba atónito en la cama presenciando la escena. David se fue a la ducha y él se levantó para ir detrás, pero se topó con Tirso en la puerta, que no se había movido del sitio. Lo esquivó y se metió al baño con él, que ya estaba dentro de la ducha. Tenía el cigarro en la mano izquierda, con el brazo levantado, y se lavaba con el otro.

ZAC: David, ¿no crees que pasas mucho tiempo con Tirso? —le preguntaba desde fuera de la ducha.

DAVID: Jajaja. No me digas que estás celoso. Mi Zaqui… ¡Para comérselo!

ZAC: No estoy celoso, David. Es que creo que siempre está muy pegado a ti y tú apenas sabes nada de él. ¿Sabes quiénes son sus padres? ¿Sabes dónde vive o a qué se dedica?

DAVID: Ay, amor. ¡Qué más da! Me hace compañía —paró un momento para dar otra calada al cigarro y siguió duchándose—. No me entretengas que llego tarde.

Zac salió del baño y en el comedor estaba Tirso sentado en un sofá y Luis, que ya se había levantado, estaba usando el teléfono, pero miró a Zac con cara de haber oído su conversación con David, confirmado después de mirarle a él y luego a Tirso con cara de extrañeza y curiosidad a la vez.

LUIS: Qué pasa, “Zaqui” —quiso hacer burla de cómo le llamaba David—. ¿Problemas en el paraíso?

ZAC: No, rubia cotilla —replicó amistosamente mientras se sentaba en el sofá—. Sólo hablábamos de cierto personaje —y aunque era obvio que hablaban de Tirso, sentado al lado de él, éste ni se inmutó—. Y tú, qué. ¿Hablando con alguien que acabas de conocer en el chat? —le quiso devolver la broma.

LUIS: Buf, qué gracia y qué chispa —respondió irónicamente—. Estoy llamando al Ministerio de Educación y me veo que me van a tener todo el día pasándome de una extensión a otra —se empezó a oír una voz al otro lado del teléfono—. Sí, hola. Llamaba para…

Y Zac se levantó del sofá y se fue a la habitación de David para vestirse e irse a trabajar.




Al salir de trabajar, Efrén lo estaba esperando en la puerta, solo, pero con bastón.

ZAC: ¡Hola, Ef! ¡Qué sorpresa! Menos mal que te he visto, si no te quedas aquí esperando —bromeó sobre su ceguera.

EFRÉN: Hola, Zacarías. Lo cierto es que a lo mejor te hubiera visto. Desprendes luz allá por donde pasas, cual estrella.

ZAC: Anda, anda, qué tonto eres —se sonrojó Zac.

(Zac) Qué guapo es. Me encanta cuando tiene esos detalles…

EFRÉN: No, tío, ahora en serio. Me las apaño mucho mejor yo solo ahora. Además, tengo una buena noticia.

ZAC: Ah, ¿sí? Cuenta, cuenta —alentó con expectación.

EFRÉN: ¡Pues que estoy recuperando la vista! Veo algo de luz —dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

ZAC: ¡Genial, Efrén! Me alegro mucho por ti —decía mientras le abrazaba.

Al soltarse se quedaron muy cerca sus caras y Zac miró a los ojos a Efrén, pero en seguida se alejó.

EFRÉN: Bueno, ¿y qué tal con David?

ZAC: ¿La convivencia, dices? Muy bien. Somos buenos compañeros de piso —se puso nervioso por la pregunta.

EFRÉN: Vamos, Zac. Sé que estáis juntos. Me lo ha dicho Ofe. ¿Pensabas que porque no veo no me iba a enterar?

ZAC: Lo siento, Efrén… No es eso… Es que yo pensaba que me gustabas tú, pero como luego me dijo David que estaba con él antes del accidente, no sabía qué pensar…

EFRÉN: ¡¿Que David te dijo qué?!

ZAC: Pues eso, que antes del accidente ya estábamos saliendo.

EFRÉN: Qué fuerte me parece. Pues que sepas que es mentira. Tú no estabas con nadie antes del accidente. Para que veas cómo es tu “novio”…

ZAC: Bueno, será mejor que me vaya a casa —dijo con cara de shock, sin saber reaccionar—. ¿Sabrás volver a tu casa, no?

EFRÉN: Sí, sí. No te preocupes. Y oye Zac, que aquí estoy para lo que quieras —pero Zac ya se estaba yendo.

(Zac) ¡Hijo de puta! Sabía que algo no cuadraba. Mierda, mierda, mierda. Ahora lo recuerdo todo. Él iba detrás de mí, pero a mí nunca me gustó mucho. Joder, ahora qué hago. ¡Si estoy viviendo con él! ¡No tengo a dónde ir!




Cuando llegó a casa, Luis seguía tirado en el sofá hablando por teléfono.

ZAC: ¿No me digas que aún estás con lo del Ministerio?

LUIS: Sí, mari. Me han pasado de un teléfono a otro y he explicado la misma cosa mil veces. ¡Estoy hasta el coño ya!

ZAC: Bueno, paciencia. No se puede hacer otra cosa…

LUIS: Y tú, qué. ¿Y esa cara larga? ¿No sabes nada de tu amigo Benja todavía? ¿Estás preocupado por eso? —preguntaba curioso mientras aguantaba el teléfono con la otra oreja.

ZAC: Yo creo que no era tan amigo mío —intentó restarle importancia al asunto sin tener demasiado aclarada la memoria también—. Lo conocía de allí y punto. Aunque me siento un poco responsable porque según David, me siguió a mí —y antes de mostrar su verdadera preocupación intentó pensar en positivo—. ¡Seguro que está bien!

LUIS: Pero, ¿has probado a llamar a sus amigos o has buscado en los sitios donde solía ir él?

ZAC: Sí, todo eso ya lo hice. Lo único que se me ocurre es preguntar a los de la ambulancia que nos recogieron el día del accidente. Ellos fueron los últimos en verlo.

LUIS: Y si no, cari, tendrás que darle por desaparecido. Tú sabes… Nadie más lo va a hacer si no tiene familia ni nadie a quien le importe.

ZAC: ¡Me voy ahora mismo al hospital! —dijo con decisión y esperanzado por encontrar alguna pista.

LUIS: ¡Muy bien! Yo seguiré aquí. Hoy voy a soñar con la musiquita de espera ésta…




Después de un rato buscando por el hospital y preguntando a mucha gente, Zac logró localizar a los que les encontraron en la carretera y además, se acordaban del accidente porque fue bastante aparatoso.

—Oh, sí. Recuerdo que erais cinco personas y no pudimos recogeros a todos y luego fue un compañero a recoger al que faltaba, pero allí no había nadie.

ZAC: ¿Cómo que no había nadie? O sea, ¿qué ni siquiera estuvo en el hospital? ¡Pero si estaba inconsciente antes del accidente! —Zac se sorprendió a sí mismo porque acababa de recordar algo de ese día que hasta ahora no había recordado—. Se desmayó y todos nos pusimos muy nerviosos —dijo para sí mismo.

—Mira, chaval. Yo no te puedo decir más. Lo único que recuerdo es que pararon dos hombres con un coche cuando llegamos y dijeron que se esperarían a que llegase la ambulancia. Se iría con ellos, o a lo mejor lo llevaron a otro hospital o vete tú a saber. Aunque de eso ya hace meses, así que yo de ti lo daba por desaparecido.

ZAC: ¡Santa Ast! Una persona ha desparecido, ¿y usted se queda tan tranquilo?

—Es el mundo en el que vivimos, chaval. Aquí desparece gente todos los días. Si me tuviera que preocupar cada vez que alguien desaparece me hubiera muerto ya del estrés.




Al volver a casa ya de noche, Zac vio a Luis en el sofá, que seguía al teléfono pero ya se había dormido.

ZAC: Rubia, rubia —le dijo bajito para despertarlo sin sobresaltos.

LUIS: Eh, ah hola. Me he quedado dormido —dijo entre bostezos.

ZAC: Las horas que son, no creo que haya nadie trabajando en el Ministerio ya.

LUIS: Mierda de Ministerio. ¡Encima es un 902! Bueno, ya llamaré mañana —dijo colgando el teléfono resignado—. ¿Has averiguado algo de Benja?

ZAC: Algo. No sé dónde puede estar. Voy a buscar un poco más y si en unos meses no sé nada de él, lo daré por desaparecido. Oye, ¿y Ada dónde está?

LUIS: Pues estaba en rehabilitación y luego se iba con unas amigas a dar una vuelta.

ZAC: ¿Y David?

LUIS: Pues la muy mari se ha ido con su inseparable Tirso a que le haga unas fotos en la playa. ¿No crees que pasan mucho tiempo juntos? —intentó malmeter con malicia por lo que había escuchado esa mañana.

Y en ese momento entró David por la puerta.

DAVID: ¡Hola! ¿Cómo está el Zaqui más Zaqui de todos?

Y Luis que estaba de espaldas a él le hizo burla con la cara mirando a Zac. Pero Zac estaba inmerso en sus pensamientos.

(Zac) Qué cabrón. ¿Y ahora cómo actúo delante suya? No puedo decirle nada. Bastante regular está la relación como para meter más leña al fuego. Venga Zac, finge una sonrisa y haz como si nada hubiese pasado o me veo de patitas en la calle.

ZAC: Hola, David —le dijo cariñosamente mientras se levantaba del sofá con una sonrisa y le besaba.



Próximo episodio: lunes, 14 de febrero de 2011.

7 comentarios:

  1. Que cabrón ese David!! Arriba Efrén!!!

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  2. Aunque aquí cada uno tira por sus intereses. Zac también es muy convenenciero (para los granaínos, convenío XD). Se queda con David para seguir viviendo en su casa...

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  3. David es Roger de American Dad, y cada dia me hace más gracia.
    De nuevo felicidades por la critica social, esta vez dedicada a la mierda de atencion que hay en este país xD

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  4. Roger? XDD No me lo había planteado, pero en algo sí se parecen jajaja Es un poco insoportable, pero me permite sacar mi vena humorística :P

    Lo de estar en espera al teléfono creo que nos ha pasado a todos, así que, dedicado a todos nosotros XDDD

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  5. David es una perraca xDD Pero molan personajes así en las series, sinó no tendrían tanto enganche. Y Tirso también me gusta, aunque me da mala espina...

    Estoy con todos, Efrén & Zac a muerte xD

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  6. Esasto! Hace falta un poco de todo para crear historias ^^

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