lunes, 25 de abril de 2011

2x02 DAVID

Priviuslí, en El mundo al revés: David fue secuestrado por Tirso (quien desapareció con sus padres) hace 4 meses, lo cual le ha dejado en un estado mental muy frágil y dependiente de otras personas, sobre todo de Efrén, con el cual nunca se había llevado bien antes por gustarle Zac, el novio de David.

El día que David conoció a Tirso en el hospital se le cayó una pulsera y éste dijo que se la quedara.

Las madres de David son mujeres adineradas y muy formales. Una de ellas trabaja en un laboratorio y la otra es médico.

Osi ayudó a rescatar a David arrebatándole el cuchillo a Tirso de una manera inexplicable. Por otra parte, acabó cediendo a sus impulsos de atracción por Ada antes de la Renovación, pero luego se arrepintió y ya no sabe ni lo que le gusta. Además, ha retomado contacto con sus madres, que lo echaron de casa por decir que era heterosexual, y ahora es camarero del pub de Efrén.




Hace cuatro meses

David se despertó por la mañana apaciblemente en su cama junto a Zac después de la Renovación y éste, que ya estaba despierto, lo miraba sonriente.

ZAC: Buenas días —le susurró con delicadeza—. ¿Qué tal te ha sentado? ¿Te encuentras mejor que ayer?

DAVID: Estoy mejor, gracias.

ZAC: No sé cómo podéis seguir durmiendo después de 24 horas hasta por la mañana. Yo cuando se acaba la Renovación a las 00:00 ya no puedo dormir más.

DAVID: Yo hacía días que no dormía en una cama —dijo desperezándose y quitándose las legañas—. La verdad es que hacía días que no dormía… Ahí atado en una silla —se puso mohíno él.

ZAC: Bueno, no te preocupes. Ya pasó. Yo me alegro de que estés bien —le dijo dándole un abrazo, pero David parecía no corresponderle —. Voy a vestirme que tengo que currar.

DAVID: ¡No te vayas! —le salió un grito desesperado que ni él se esperaba.

ZAC: David, tengo que trabajar.

DAVID: Vale, de acuerdo —dijo recuperando la calma y encogiéndose sentado en la cama, agarrándose las rodillas.

ZAC: Además, no estás solo en casa. Ada está en su habitación con Osi —dijo insinuante levantando las cejas mientras se empezaba a vestir—. ¡Aquí hay temita! Los he estado oyendo toda la noche desde que me desperté… Ojalá viviésemos en otro país donde la Renovación es a otra hora del día…

DAVID: Por cierto, te tengo que contar una cosa.

ZAC: Muy bien. Luego me la cuentas que si no, no llego. Voy a desayunar, ¿vienes?

DAVID: Sí, ahora iré. Necesito un cigarro —dijo encendiendo la radio y cogiendo el tabaco, mientras que Zac dirigía la mirada al techo en señal de desacuerdo por su molesta adicción.

—Y este año, la cifra de muertos en nuestro país debido al cese de actividad en los hospitales durante la Renovación asciende a tan sólo 54 bajas…

ZAC: Buff, apaga eso. Escuchar la radio la mañana después de la Renovación es deprimente.

Zac se fue a la cocina y allí estaban desayunando ya Osi y Ada. Se hablaban con mucha complicidad, como si hubieran “intimado” mucho durante la noche.

ADA: ¿Me pasas el café, Osi? —le dijo picarona.

OSI: Yo te paso lo que quieras —se lo acercó guiñándole un ojo y a continuación le dio un cariñoso beso en los labios.

ADA: ¿Sabes cómo te llamaba antes de saber tu nombre?

OSI: ¿Cómo?

ADA: El chico del lunar. Por ese lunar tan bonito que tienes en la punta de la nariz —le dijo dándole un beso primero en la nariz y luego otro en los labios.

ZAC: Vaya pasteleo, señores —dijo haciéndose un café rápidamente pero sin poder dejar de prestar atención a la escena de amor. Ada y Osi seguían mirándose como si no hubiera nadie más en la habitación.

ADA: Ais, me tengo que ir. Había quedado en ir a casa de mis padres y tengo que coger el tren y todo. Te puedes quedar el tiempo que necesites, Osi.

OSI: ¡Gracias a Asir! Te tomo la palabra, ya que no tengo a donde ir ahora —dijo melancólico.

ADA: No te preocupes. Te puedes quedar conmigo, pero no me menciones a Asir tanto en mi casa, hazme el favor —le tranquilizó dándole otro beso y se fue—. Cúrate esa herida de la mano. Hasta luego.

ZAC: Espera, Ada. Que me voy contigo.
Al rato, salió David a la cocina y se encontró con Osi.

DAVID: Buenos días. ¿Sólo estás tú en la casa? —dijo sobresaltado.

OSI: Uy, hola, buenos días. Sí, se han ido Ada y Zac hace un momento.

DAVID: Bueno, por lo menos hay alguien… Por cierto, amor, muchísimas gracias por venir a rescatarme. No sé lo que hubiera hecho Tirso conmigo. Estaba muy nervioso. Ya he visto que te atacó con el cuchillo.

OSI: No es nada —escondió la mano rápidamente e intentó restarle importancia—. Bueno, yo me voy también que he quedado con Efrén para tomar café.

DAVID: ¿Con Efrén? —dijo sorprendido y con desprecio a la vez.

OSI: Sí, es que igual me ofrece un trabajo. Como me he peleado con mis madres, me han cancelado las tarjetas de crédito y no tengo dinero. Y si me quiero quedar, necesito ganar dinero de alguna forma.

DAVID: ¡Pero no te puedes ir! —dijo exasperado—. No me quiero quedar solo… No me puedo quedar solo —y se le empezaron a poner brillantes los ojos de lágrimas y le temblaba la mano.

OSI: Vale, tranquilízate. Podemos hacer una cosa: te vienes conmigo y así no estás solo.

DAVID: Muchas gracias. Te debo la vida ya dos veces.

OSI: Y además, nos podemos pasar primero por comisaría para declarar todo el tema del secuestro, el rescate y todo eso.

Después de pasar por comisaría, tomarse un café con Efrén los dos y que éste le propusiera ser camarero del Inframundo como esperaba, Osi se deshizo de David alegando que tenía que estudiar para el MIR, dejándolo con Efrén en una situación un poco tensa.

DAVID: ¿No está la camarera simpática ésta que siempre hay aquí?

EFRÉN: No. Ha desaparecido. Salió en la lista de desaparecidos de este mes. Una pena, era muy maja y muy lista la chica.

DAVID: Sí, una pena.

EFRÉN: Bueno… entonces estás bien. De lo que pasó y eso —preguntó con desgana.

DAVID: Sí, gracias. Ha sido el shock más grande de toda mi vida pero estoy bien —respondió con retintineo.

EFRÉN: Eso está bien —soltó sin importarle mucho lo que contestaba, porque sólo había preguntado por cortesía—. Bueno, me voy.

DAVID: ¿Cómo que te vas? ¿A dónde?

EFRÉN: ¿Cómo que a dónde? ¡A donde me dé la gana!

DAVID: Seguro que no tienes nada que hacer hoy.

EFRÉN: ¿Y a ti qué te importa lo que tenga que hacer? Además, que tengo clases de vez en cuando. Que retomé la uni el curso pasado.

DAVID: Ah, ¿Qué tú estudias? Pensaba que eras el típico ex futbolista paleto.
Efrén lo miró con cara de odio y se levantó para irse.

DAVID: Perdona, Efrén. Todo el mundo está ocupado hoy. Y yo me siento muy raro. Me da miedo quedarme solo —dijo encendiéndose un pitillo y él se volvió a sentar despacio.

EFRÉN: Ah, no sabía que te había afectado tanto —cambió de parecer al ver lo afligido que estaba— ¿Quieres hacer algo en concreto?

DAVID: Bueno, ahora que lo dices —exhaló el humo haciéndose el misterioso—. Me gustaría ir a un sitio…




Hace dos meses

David iba en el coche con Efrén y éste conducía muy concentrado porque estaban siguiendo de incógnito a otro automóvil.

DAVID: ¿Crees que éstos serán ellos?

EFRÉN: No lo sé. Nos hemos equivocado ya varias veces…

DAVID: ¿Y si todas las cosas que encontramos en casa de Tirso hace dos meses eran pistas falsas? ¿Y si alguien puso en su cuarto esa pulsera que se me cayó aquel día en el hospital para que pensemos que Tirso está con ellos y nos llevan a alguna parte y nos matan?

EFRÉN: Tío, no me rayes. Fuimos al día siguiente de que pasara todo. No les hubiera dado tiempo a colocar todo eso. Simplemente, salieron huyendo y se dejaron sus cosas. Cuando volvimos la segunda vez parecía como si alguien hubiera quemado la casa…

DAVID: Es verdad. ¿Crees que es posible que encontremos a Benjamín también?

EFRÉN: No lo creo, David. A saber dónde está el pobre también.

DAVID: Sólo te he contado a ti que lo vi. Bueno, y a la policía, pero no lo sabe nadie más.

EFRÉN: ¿Ni siquiera Zac?

DAVID: No. Se lo iba a contar, pero al final no. Quiero que se olvide ya del tema y pase página. No creo que podamos hacer mucho más.

EFRÉN: También.

DAVID: Oye, ¿tú crees que Tirso me apreciaba? —empezó a coger carrerilla en su discurso—. Si guardó esa pulsera yo creo que algo de cariño me tenía. ¿Y todas esas fotos nuestras en el corcho de su habitación? Nuestros buenos momentos pasamos… A lo mejor se volvió loco porque yo lo traté muy mal. Pobre chaval…

EFRÉN: ¿Vas a sentir pena ahora por una persona que te tuvo días secuestrado y atado a una silla y te amenazó con un cuchillo?

DAVID: Estoy empezando a creer que Tirso era una buena persona que simplemente se le cruzaron los cables. Sus padres lo trataban fatal. Imagínate la infancia que tendría… ¿Y si le hacen algo malo ahora? ¡Cuidado, no los pierdas! Tuercen por esa calle.

Efrén torció bruscamente para poder seguir al coche.

DAVID: ¿Te cuento un cotilleo? Ada y Osi ya no están juntos desde hace unas semanas. Parece que él se ha replanteado lo de ser hetero. Tiene el cerebro lavado por sus madres. Se ve que ha vuelto a hablar con ellas…

EFRÉN: ¿Te parece un buen momento para hablar de eso? Además ya lo sabía. Osi ha entrado en mi piso en el lugar de Pascual… Estamos bastante cerca del coche. Mira a ver si son ellos.

DAVID: ¡Coño! ¡No te acerques tanto! Si me ven la hemos liado.

Y conforme decía esto a David se le desencajó la mandíbula al comprobar que eran ellos, se agachó inmediatamente y Efrén paró el coche.

EFRÉN: Tengo que imaginarme por esa cara que son los padres de Tirso, ¿verdad?

David asintió sin cerrar la boca, escondido en el suelo del coche.

EFRÉN: Pues voy a seguirles un poco más de lejos para que no te vean. Apunta la matrícula, por si los perdemos de vista... ¡Mierda! —exclamó mientras miraba a todas partes—. Hablando contigo acabo de perderles la pista.

DAVID: ¡Qué dices!

EFRÉN: Bueno, no pasa nada. Ya sabemos que suelen venir por aquí. Los encontraremos otro día —y arrancó el coche y se puso a conducir—. Deberíamos de volver a casa. Al final Zac se va a pensar que estamos liados.

DAVID: Calla, no lo creo —se rió y se sorprendió de su reacción porque hacía mucho que no reía—. ¿Tú crees que debería de contarle a Zac que los padres de Tirso tenían a Benjamín?

EFRÉN: Eso es cosa tuya, David.

DAVID: No quiero perderlo, ni quiero que me prohíba seguir investigando por ser demasiado peligroso, que lo es. Él es lo único a lo que me puedo aferrar en estos momentos. Sé que te tengo a ti, pero llego a casa y me reconforta saber que estará ahí. ¿Me explico?

EFRÉN: Sí, sí, claro, tío —afirmó con seriedad cuando en el fondo se sentía culpable de la atracción que sentía por Zac.

DAVID: Venga, vamos a alguna parte que me estoy fumando encima. Eso de que no se pueda fumar en tu coche lo llevo fatal…




Hace un mes

Efrén y David iban en el coche dando una vuelta por el barrio donde vieron por última vez el coche de los padres de Tirso. Ellos iban hablando de sus cosas cuando de repente se hizo un silencio. Efrén pensó que David estaría cavilando alguna de sus ideas cuando vio que miraba algo fijamente por la ventanilla y pegó un frenazo en seco.

EFRÉN: ¿Qué pasa? ¡¿Los has visto?!

DAVID: ¡Sí! Mira están arrancando el coche.

EFRÉN: Agáchate que no te vean. Voy a pillar yo la matrícula y ahora les seguimos.

David se quedó agazapado mirando por la ventanilla lateral y algo vio que le llamó tanto la atención que no daba crédito a lo que estaba viendo, pero Efrén arrancó el coche para seguir a los padres de Tirso.

EFRÉN: ¿Pasa algo? ¿Por qué pones esa cara?

DAVID: No… Me ha parecido ver a mi madre Carmen —dijo extrañado—. Pero no puede ser, déjalo. Vamos continúa.

EFRÉN: ¿Y por qué no puede ser? —preguntó mientras conducía.

DAVID: ¿Has visto el barrio en el que estamos? Lleno de yonquis y de gentuza… Mis madres no pisarían este barrio ni muertas. Ellas tienen más clase. Y encima la señora esa llevaba unos harapos como si fuera una pordiosera. Vamos, que no, seguro…

EFRÉN: ¡Mierda, tío! ¡Los he vuelto a perder! Son muy escurridizos…

DAVID: Bueno, por lo menos esta vez tenemos la matrícula. Algo podremos hacer a partir de ahí. Vamos a comer y luego me llevas a casa de mis madres, que tengo que coger ropa. Y luego me traes al piso.

EFRÉN: Hay que ver. Ni que fuera tu taxista… Por cierto, ¿les dijiste todo el tema del secuestro a tus madres?

DAVID: Paso. Son capaces de llevarme a un psicólogo.

EFRÉN: A lo mejor es que necesitas uno.

DAVID: Cállate.

Unas horas después, David llegó a su residencia familiar deseoso de ver a su madre para confirmar que sus ojos le engañaron, mientras que Efrén lo esperaba en el coche. En cuanto llegó fue a ver si Carmen ya estaba en casa y la encontró sentada en el sofá junto a Concha, viendo la televisión plácidamente.

DAVID: Hola, mamás. Qué alegría veros en casa.

—Hola, hijo. ¿Y esa efusividad a que se debe? —comentó Carmen, siempre tan escéptica.

—Anda, ven a darle un beso a tu madre, cariño —dijo Concha con dulzura.

David fue y le dio un beso a cada una y se sentó con ellas.

DAVID: Nada una tontería. Que me ha parecido verte por un barrio de pobres vestida como si fueras una de ellos, ¿te lo puedes creer? —y se empezó a reír al ver la barbaridad que estaba soltando.

—He estado toda la mañana en el laboratorio, hijo. A veces sólo dices tonterías —alegó ella muy seria.

DAVID: Ya, lo que yo decía —se le cortó la risa al ver la actitud tan tajante que habían adoptado las dos y se levantó del sofá—. Bueno, me voy que me está esperando Efrén en el coche.

—Anda, toma un poco de dinero que seguro que te hace falta —rompió un poco su frialdad momentánea dándole bastante dinero.




Actualidad

David se despertó en la cama junto a Zacarías, y como de costumbre últimamente se despertó antes que él, porque desde el día de la Renovación no había conseguido dormir tan bien. Sentía remordimientos por tener tantas cosas en su cabeza y algunos secretos que le estaba guardando a Zac. Así que, en cuanto se despertó éste le confesó que vio a Benjamín secuestrado en casa de los padres de Tirso, lo cual destapó viejos demonios y sacó algunos nuevos.

ZAC: ¿Por qué no me lo habías contado antes?

DAVID: Ay, Zaqui-Zac, no quería que te comieses la cabeza con ese tema otra vez.

ZAC: ¡¿Y sabiendo lo peligrosas que pueden ser esas personas, que se han llevado a Benja y Tirso, seguís metiendo las narices?! Te dije que te dejaría si seguías con esa investigación sabiendo sólo lo de Tirso, pero unas personas que tuvieron secuestrado a una persona durante tanto tiempo, imagínate.

DAVID: Vale, vale, vale. Te prometo que no indagaremos más —le juró miedoso de perderlo mientras se encendía el primer cigarro de la mañana.

ZAC: No, David. Se acabó. Me has mentido durante todo este tiempo, te estás poniendo en peligro y la curiosidad mató al gato. Yo no quiero perder a otra persona en mi vida. Además, esa costumbre tuya de fumar a todas horas sabes que me molesta un puñao.

DAVID: No puedes estar hablando en serio. ¿Me estás dejando porque fumo? —hacía gestos con la mano en la que llevaba el cigarro.

ZAC: No te estoy dejando… Démonos un tiempo. Y no es sólo por el tabaco. Es por todas las cosas que te he comentado antes. Si además, esta relación empezó con una mentira…

DAVID: ¿De qué hablas?

ZAC: Vamos, David. Sé que no estábamos juntos antes del accidente y tú me hiciste creer que ya eras mi novio para que estuviese contigo.

David se quedó callado y con su silencio le confirmó la incómoda verdad. Pero en seguida saltó a otra cosa para cambiar de tema.

DAVID: Me parece mentira que te haya contado lo de Benjamín y ni siquiera te preguntes dónde está, lo que he averiguado o lo que podrías hacer para encontrarlo. ¿Es que no te preocupa nada?

Zacarías se quedó callado y visiblemente afectado, pero no contestó.

DAVID: Está bien. Dejaré de fumar —y apagó el cigarro en el cenicero.

ZAC: Es demasiado tarde. Ya era demasiado tarde antes de que te secuestraran, y lo sabes. Confiemos en que este tiempo nos ayude a ambos a aclarar nuestras ideas.

Zac se levantó serenamente de la cama y se puso a hacer las maletas con todas sus cosas, mientras David lo contemplaba en silencio y desgarrándose por dentro.



Próximo episodio: lunes 2 de mayo de 2011 a las 21:00.

lunes, 18 de abril de 2011

2x01 EL TITO PASCU


En la primera temporada de El mundo al revés: Pascual acaba en la calle por no tener dinero ni buscar trabajo para pagar el piso compartido. Lleva un tiempo descentrado en la vida,  tomando drogas de recreo muy a menudo y alejándose de los que eran sus amigos.

David y Zac prorrogaban una relación pendiente de un hilo, pero el que David fuera secuestrado por Tirso pareció arreglar las cosas en el último momento al aliviarse Zac de encontrarlo sano y salvo.

Efrén, quien posee un pub de éxito llamado Inframundo y que andaba detrás de Zac, siempre ha tenido muchos rifirrafes con David a causa de esta rivalidad. Además, le acababa de pedir a su amiga Ofelia que fuese su matriz para tener un hijo para él, lo cual ella tenía que considerar.

Osi contó a sus madres que era heterosexual y éstas, completamente tradicionales en ese aspecto, lo echaron de casa. Además, la noche de la Renovación besó a Ada porque durante un año había habido mucha química entre ambos.




Han pasado cuatro meses desde la Renovación. Era una mañana fría de otoño, de esas en las que se empieza a notar que el calor estival queda lejos y ya empieza a amanecer más tarde. De esas mañanas estúpidas en Valencia que hace frío a primera hora pero que luego a mediodía se puede ir con camiseta de manga corta.

Pascual había pasado el verano viviendo en la calle, comiendo lo que se encontraba y durmiendo entre cartones en callejuelas de la periferia. Había llegado a tal punto de independencia y aislamiento del mundo que no quería ponerse a trabajar y no quería saber nada de los que algún día fueron sus amigos. Se encontraba obviamente desmejorado físicamente, con el pelo un poco más largo y muy sucio, al igual que la ropa que llevaba puesta, que era la única que tenía y le hacía parecer un vagabundo. Seguía llevando sus numerosos piercings y dilatadores, como signo de identidad de lo que era. Además había seguido refugiándose en todo tipo de drogas que iba consiguiendo con el poco dinero que iba robando o mendigando.

En uno de sus habituales despertares en un callejón, se encontró sin zapatillas. A él, su vida le causaba una tremenda indiferencia, pero luego pensó que andar descalzo por la calle podría conllevar un problema de salud y tener que acudir a un médico, así que fue al barrio de la droga a robar unas de esas zapatillas que colgaban de los cables para indicar que allí se vendía droga.

Al llegar allí y bajarlas a pedradas del cable de la luz, con todo el barullo salió el camello de su casa y empezó a perseguirle, pero Pascual sacó la fuerza de donde no la tenía y escapó corriendo. Al girar una esquina se chocó con un hombre trajeado de mediana edad con aspecto de empresario y se cayeron ambos al suelo.

—Eh, tú, niñato. ¡A ver si andas con más cuidado!

PASCUAL: Que te pete el blas. Déjame en paz —dijo levantándose con desinterés rápidamente e intentando huir por si aún le seguía el camello.

—Oye, oye. Espera —le cogió del brazo desde el suelo y se levantó, pero sin soltarle—. ¿Tienes farlopa? —preguntó con ansia.

PASCUAL: ¿Qué eres? ¿Un poli? —y se soltó de una sacudida—. Lo que tengo es mío y no tienes derecho…

—¡Te la compro! —le interrumpió mirándole con los ojos abiertos como platos y con cara de desesperación.

PASCUAL: ¡Que me dejes en paz, gilipollas!

—¡Te doy el doble de lo que cuesta!

PASCUAL: ¿El doble? —y se paró un momento a pensar en que le vendría bien algo de dinero—. Está bien, tete —se le acercó amigablemente y le rodeó con su brazo el hombro—. Dame la pasta y te doy la farli…




En la otra parte de la ciudad, Ofelia llegaba al piso compartido (con Efrén, Ulises y anteriormente, Pascual, hasta que lo echaron) y en el comedor estaba esperándola Efrén, que cuando la vio entrar pegó un brinco del sofá y se plantó delante de ella impaciente.

EFRÉN: ¿Cómo está mi incubadora favorita? ¿Todo bien en el médico? —preguntó con afán.

OFELIA: ¿Puedes no tratarme como un objeto? Gracias. El médico ha dicho que todo está bien y que nos vemos en la siguiente prueba.

EFRÉN: ¿Te ha dicho ya si es niño o niña?

OFELIA: Me ha dicho que es pronto, chiquitín. Todavía estoy de 13 semanas. Pero me ha dicho que cree que es un niño —dijo contenta tocándose la barriga—. A ver si en la próxima ecografía me dice algo.

EFRÉN: ¡Oh, es genial, Ofe! —y le dio un abrazo muy sentido—. Aunque no me importa si es niño o niña, lo querré igual. Muchas gracias por haber accedido a ser mi matriz.

OFELIA: Yo encantada. Sabes que no tengo mucho más que hacer con mi vida…

EFRÉN: Te prometo que a la próxima prueba te acompaño. Sabes que ando un poco liado con las cosas de David y eso…

OFELIA: Andas demasiado liado, Efrén, y deberíamos de hacer los papeles.

EFRÉN: ¡Que no, Ofelia! —expresó indignado—. Que tú y yo tenemos la confianza suficiente como para no hacer todas esas formalidades que hace todo el mundo cuando va a tener un hijo.

OFELIA: No son sólo formalidades, Efrén. Es necesario para aclarar legalmente para quien va a ser el niño. Lo hace todo el mundo y es como se debe de hacer. ¿Y si ahora me quedo yo el niño y lo crío con Sandra?

EFRÉN: Tío, ¿de verdad vais tan en serio? Pero si os conocéis desde hace unos meses…

OFELIA: Yo sólo te digo que te tomes esto un poco más en serio. Vas a ser padre, que no es ninguna tontería. Y para empezar deberías de buscarte un piso para ti. ¿O vas a criar al niño aquí en un piso de estudiantes? Le sacas bastante beneficio al pub como para vivir solo.

EFRÉN: Sí, mamá —replicó con ironía—. En realidad es buena idea lo de buscar piso… Bueno me voy a casa de David, que Zac se va a trabajar y para que no se quede solo…

OFELIA: Por Asir, pareces su padre.

EFRÉN: Sabes que desde lo de Tirso no le gusta estar solo. ¡Si casi ni sale de su casa!

Y en ese momento llegaba Osi al piso, abriendo la puerta con su propia llave.

OSI: Qué pasa, compis —dijo con entusiasmo.

OFELIA: Osi, chiquitín, no hace falta que nos llames siempre compis. Llevas ya unos meses viviendo aquí —dijo metiéndose en el baño.

OSI: ¡Es que me hace ilusión vivir en un piso de estudiantes! —exclamó pleno de júbilo—. Siempre había vivido con mis madres. Pero desde que se volvieron a Madrid…

EFRÉN: ¿Ya te hablas con ellas? ¿O desde que saliste del armario…? —intentó sacarle una información que ya conocía de antemano.

OSI: Ya no sé si estoy dentro o fuera ni lo que siento ni lo que dejo de sentir.

EFRÉN: ¿Estás diciendo que después de decir que eres heterosexual y estar un mes con Ada estás reculando y te estás metiendo dentro del armario otra vez? Porque eso de que la dejaras después de unas semanas estando tan bien no lo veo claro.

OSI: Yo tampoco lo tengo nada claro, Efrén. Quiero probar cosas. Quiero intentarlo con algún chico.

EFRÉN: Inténtalo con Luis —soltó con una carcajada—. Por lo menos antes parecía muy dispuesto.

OSI: Muy gracioso. Además de que no, estando con Ada ya me dijo que había perdido interés en mí…

EFRÉN: Oye, ¿y todo esto de “probar chicos” no tendrá nada que ver con las pesadas de tus madres, verdad?

OSI: Ellas me han llamado mucho… Deben de estar arrepentidas de las cosas tan feas que dijeron… He hablado algo con ellas, pero tampoco me exigen ni me dicen nada.

EFRÉN: Pero su presión meterán, aunque sea haciéndote saber que están ahí vigilándote.

OSI: Por lo menos ahora que he retomado el contacto me pasan un poco de dinero, porque con el sueldo que me pagas…

EFRÉN: ¡Te quejarás encima de que te doy trabajo! Anda, te veo esta noche en el Infra, que me voy a casa de David. Y por cierto, cuidadito con el que recoge los vasos de cubata, que lo he visto muy encima tuyo y a ese le da igual ocho que ochenta. Desde que Ada y tú os distanciasteis anda al acecho.

ULISES: ¡¿Queréis no gritar tanto?! —chilló encerrado en su cuarto—. ¡Estoy intentando dormir!

OSI: ¿A estas horas? —le preguntó en voz baja a Efrén.

EFRÉN: Estará resacoso. Últimamente lleva un descontrol… Como siga así acabará como Pascual…




Mientras tanto, Pascual se estaba fumando un porro y volvía al callejón donde tenía sus cartones para dormir, cuando empezó a notar en sus huesos el frío viento otoñal y se preguntó si habría alguna manera de no pasar el invierno en la calle. El verano había estado bien. Con el sofocante calor que hace en Valencia en verano, casi se estaba mejor en la calle. Pero se empezaba a notar que el tiempo estaba cambiando.

Llegando a su callejón, pasó por un barrio medio abandonado y vio un montón de casas en ruinas, muchas de ellas ocupadas por gente sin recursos. Así que decidió hacer lo mismo. Todo el mundo tiene derecho a una vivienda digna, y si no se tienen los medios necesarios: patada en la puerta y para dentro.

PASCUAL: ¡A la mierda la propiedad privada! —chilló al pegar la patada a la puerta para echarla abajo—. Esta casa ahora es mía. Y si alguien quiere echarme, que venga la policía y que me eche.




Efrén llegó al piso donde vivían David con Zac, Luis y Ada y allí estaba Luis, que se estaba maquillando para salir a la calle. David y Zac estaban en su cuarto. Luis interrumpió su proceso de metamorfosis malhumorado por tener que abrir la puerta.

LUIS: Te podías hacer una copia de la llave, mari. Te pasas aquí día sí, día también —dijo mientras se volvía al baño airoso—. ¿No estaréis liados tú y David? Cari, con lo mal que os llevabais antes. Yo no lo entiendo…

EFRÉN: No estamos liados, rubia. Para empezar, David está con Zac.

LUIS: Ya, ya. ¿Y desde cuando eso ha sido un impedimento para ti, querida? —le decía gritando desde el baño.

EFRÉN: ¿No pueden dos hombres ser buenos amigos sin que se piense en algo sexual?
Y diciendo esto empezó a oler a tabaco, ya que se había abierto la habitación de David y éste salía impaciente terminándose un cigarro con un cenicero en la mano.

DAVID: Hola, Efrén —saludó amistoso y se quedó apoyado en el marco de la puerta—. Menos mal que estás aquí, porque Zac se va ya —y apagó el cigarro en el cenicero, que dejó dentro de su habitación.

ZAC: Hola, guapo —saludó insinuantemente saliendo a la par que David entraba y guiñándole un ojo a Efrén, pero éste pareció sentirse incomodado—. Bueno yo me voy ya al Mercamona. Y ya sabes lo que hemos hablado —se dirigió a David en tono imperativo—, nada de investigaciones peligrosas o te dejo. Yo no puedo vivir con movidas en la cabeza de que te pase algo otra vez…

EFRÉN: Vamos, tío. No seas tan drástico —le dijo a Zac saliendo en defensa de David.

ZAC: ¡Salió el otro! Vaya par. Siempre juntos.

DAVID: Calla, que si no fuera por Efrén estaría siempre solo —y entrecortó las últimas palabras porque empezó a toser.

ZAC: Anda, abre el cuarto que se airee un poco. Ya podías dejar de fumar. Molesta bastante y es una costumbre un poco del siglo pasado.

DAVID: Como si fuera tan fácil, Zaqui —seguía tosiendo—. Con la de ansiedad que estoy pasando desde hace meses.

ZAC: Bueno chicos, me voy ya que llego tarde. Hasta luego —se despidió saliendo por la puerta.
Y Efrén se quedó con David para hacerle compañía.




Al mismo tiempo, Pascual rebuscaba comida en los contenedores de “su barrio”. Había cogido la rutina y la habilidad de buscar en los contenedores cercanos a los supermercados, porque allí tiraban comida recién caducada o la que ya no estaba en buen estado para venderla, lo que aprovechaba para no tener que gastarse dinero en comprar alimentos. Entretanto que apartaba lo útil de lo desechable, un gatito hambriento se le acercó, olisqueando el tufo a pescado y a comida putrefacta que salía del contenedor. Pascual lo vio tan delgado, tan famélico y tan frágil al animalito que no pudo resistirse a darle un poco de pescado, el cual no tenía muy buen aspecto, pero era lo que había.

El hedor que estaba levantando de remover en la basura atrajo a otro mendigo que andaba por allí.

—Oye, chaval. ¿Me das algo?

PASCUAL: Piérdete. Éste es mi contenedor. Vuelve cuando haya acabado y a lo mejor puedes recoger las sobras —respondió con desaire pero con tono firme mientras seguía rebuscando, ya que en esos meses había aprendido que en la calle la ley que se impone es la del más fuerte.

—¿Y algo de droga tienes? Cualquier cosa. Farlopa.

PASCUAL: Joder con la farlopa hoy. Parece que hayamos vuelto a los 80 y se lleve de moda otra vez —dijo para sí mismo.

—Es más barata que la mierda que venden otros, ¡y yo la quiero ya!

PASCUAL: Mira, tete —paró un momento y sacó la cabeza del contenedor—. Como le he dicho antes a otro personaje, es para consumo propio. Te la puedo vender, pero no va a ser tan barata —le dijo haciéndose el interesante.

—Vale, lo que quieras. Dámela. ¡Dámela ya! —reiteró el vagabundo desquiciado sacando inexplicablemente un fajo de billetes del bolsillo.

PASCUAL: Vale, tranquilo, tete. Dame la pasta —y se puso a reflexionar durante unos segundos—. Eso sí, cuando quieras, puedes volver a por más.

—Me acabas de decir que lo que tienes es para consumo propio. ¡Para qué voy a volver, capullo!

PASCUAL: He cambiado de opinión —dijo serenamente y esbozando una sonrisa al entrever cuál iba a ser su manera de ganar dinero a partir de ahora.

—¿Y tú quién eres? ¿Dónde te sueles poner?

PASCUAL: Cuando vengas por aquí, tú o cualquiera de las personas a las que se lo vas a contar, diles que pregunten por el Tito Pascu.

Y después de intercambiar mercancía por dinero, el hombre se fue y Pascual se quedó con cara de satisfacción, contando los billetes que había ganado en un día por dos meras casualidades.

El gato seguía por allí, refregándose entre sus piernas, rogando que le ofreciera más comida.

PASCUAL: ¿Has visto gatito? Hoy es mi día de suerte —y al ponerse a andar, el gato empezó a seguirle—. ¿Pero dónde vas amiguito? Ya sé… Tú te vienes conmigo a mi nueva casa —y lo cogió y se lo puso entre los brazos—. ¿Sabes cómo te voy a llamar? Farli. Ese va a ser tu nombre. Por toda la farlopa que he vendido hoy —y siguió andando mientras el gato ronroneaba—. Vámonos a casa.



Próximo episodio: lunes 25 de abril de 2011 a las 21:00.

viernes, 8 de abril de 2011

Estreno de la segunda temporada

Así es. Yo quería dejar pasar más tiempo, pero como ya la tengo escrita y prefiero estrenarla ahora porque luego la gente en verano se va de vacaciones (o yo mismo), desde aquí anuncio que la segunda temporada la estrenaré el día 18 de abril a las 21:00, como siempre.

Y como siempre, habrá un capítulo por semana, todos los lunes.

Gracias a los que habéis leído hasta ahora y espero que os guste lo que está por venir.

Pronto más novedades...