lunes, 21 de febrero de 2011

1x08 OSI

Priviuslí, en El mundo al revés: Ada ficha a un chico con un lunar en la nariz el día del accidente y luego descubre que se llama Osi porque va a verla cuando vuelve del hospital. Parece que hay cierta química entre los dos, aunque él es muy religioso y un poco esquivo y ella muy atea. Ella decide tomarse más en serio su carrera de Medicina, entre otras cosas para cruzarse con Osi en clase más a menudo, y ya anda con muletas después de una larga rehabilitación debido al accidente. Esto le ha hecho dejar de lado su carrera paralela como modelo, mundillo que apasiona a su amigo y compañero de piso, Luis.

Zac lleva meses saliendo con David (ambos, compañeros de piso de Ada también) sin estar muy convencido del asunto, porque parece más colgado de Efrén. Además, David últimamente se ha hecho amigo de un chico un tanto extraño llamado Tirso.

Benjamín, el quinto pasajero del coche el trágico día, sigue desaparecido. Después de intentar localizarle Zac, no ha conseguido demasiada información, salvo que dos hombres se quedaron con él esperando a una ambulancia que nunca llegó a recogerlo.




En el interior de una casa poco amueblada y muy descuidada se oía el sonido de la televisión.

—Para finalizar y como todos los principios de mes, a día 1 de marzo, la lista de desaparecidos con sus respectivas fotografías es la siguiente: Benjamín Ríos Lizarte…

El hombre que estaba viendo la tele dejó caer al suelo atónito el vaso de cristal del que estaba bebiendo agua.

—No es él. Te lo dije —le recriminó al otro hombre que estaba al lado suyo.

—Venga, vámonos ya —le contestó poniéndose la chaqueta—. Tenemos que conseguir al verdadero antes de que venga a por él.




Era domingo, y en casa de Osi se preparaban para asistir a misa, como todas las semanas. Las madres de Osi eran dos personas muy tradicionales y muy sencillas. Como el asirismo instruía, no pecaban de abalorios excesivos a la hora de vestir. Llevaban el pelo largo y no solían llevar casi maquillaje. Su madre Soledad llevaba una melena rizada castaña por los hombros y siempre llevaba consigo colgado del cuello un colgante con forma de mano blanca, del tamaño de una uña, símbolo de su religión. Su madre Epifanía llevaba el pelo más largo, rubio y liso. Ella era más seria y más autoritaria.

La familia asistía a misa como todo creyente, pero en vez de ir al templo como los demás, ellos iban a un sitio diferente.

OSI: Mamá Epi, es que no entiendo por qué tenemos que ir hasta allá para ir a misa. ¿No podemos ir al templo del barrio como todo el mundo?

—No, cariño. Ven aquí que te haga la raya del pelo. Así —le decía mientras le mojaba el pelo y le peinaba con un peine.

—Nosotros pertenecemos a una congregación y formamos parte de ella allá donde vayamos. Aquí en Valencia hay una como en Madrid, por suerte. Así que seguiremos yendo —sentenció su otra madre—. Además, que nos han acogido muy bien.

OSI: Pues a mí me parece más bien una secta.

—¡Pero niño! ¿Qué estás diciendo? Ni se te ocurra volver a decir una sandez así —le ordena Epifanía—. Y menos delante de tus amigos. ¡Qué imagen podríamos dar!




Cuando llegaron a la congregación les recibió muy atentamente Noé, el cura.

—Bienvenidos familia Saavedra-Pinar. Me alegra mucho verles por aquí de nuevo.

—El placer es nuestro, padre —responde Soledad, la otra madre de Osi, mientras cogen asiento los tres para escuchar el sermón.

El cura se colocó en su atril y comenzó a hablar para su congregación:

“Queridos hermanos asiristas. Hoy vamos a hablar de los capítulos finales de la vida de Asir, ya que dentro de pocos meses se acerca tan carismática e importante fecha para todas nuestras vidas.

Este apartado de la vida de nuestro Señor comienza cuando, después de años propagando su fe homosexual en la cruzada junto a su hermana Ast, en el mundo de los hostiles imperios paganos que sólo hacían que procrear con personas del sexo opuesto, se allegaron a un pueblo aparentemente pacífico. Pero he ahí la astucia de Suty, su diabólico hermano, que intentando siempre desbaratar sus planes, receloso de que escaparan de pequeños de su cuidado, se había adelantado a ellos pretendiendo detener a toda costa la buena obra que estaban llevando a cabo, liberando a las gentes de la opresión sexual de los Antiguos.

El perverso Suty había amenazado a los humildes pueblerinos con que quemaría todo el poblado con sus artes malignas si no le obedecían. Así que los pobres desgraciados e ignorantes de sus actos, salieron en emboscada a la llegada de los santos hermanos, que iban acompañados de su fiel Dyehuty, compañero de por vida y que tanto amaba nuestro Señor, Asir.

Suty tomó como rehén a Dyehuty, mientras un ejército de hombres formado por los aldeanos los rodearon y amenazaron con flechas. Suty exigió a sus hermanos que detuvieran su cruzada de propagar su fe o mataba al amante de Asir. En esos momentos, los escritos cuentan que los niños y mujeres del pueblo intentaron sabotear sus planes gritando a sus maridos, hermanos e hijos que arrojaran las flechas al suelo. ¡Arrocha, hermanos!”

—Arrocha —respondió la congregación al unísono.

“Pero Asir y Ast no podían detener su causa divina y no podían ceder ante el chantaje de su malvado hermano. Así que éste, ordenó el lanzamiento de las flechas a Dyehuty. Sin embargo, la santa Ast no podía permitir que le hicieran eso al compañero de por vida de su querido hermano, así que intentó salvarlo interponiéndose en el camino de las flechas. Y entonces nuestro divino Señor, que tampoco podía permitir que su hermana muriese, usó su poder divino para desviar las flechas, que finalmente alcanzaron a su hermano Suty y a él mismo, dándoles la muerte.

La santa de Ast intentó revivir a su hermano Asir con sus manos sanadoras, pero los escritos dicen que de tanto esfuerzo y agotamiento de intentarlo una y otra vez sin descanso, falleció junto a sus dos hermanos en ese trágico día, un 28 de junio.

Y desde entonces nuestro Señor Asir junto a su hermana Ast, custodian las puertas del Paraíso para recibir a todos sus discípulos, y el ingrato de su hermano Suty, reina en el Infierno, donde van todos los pecadores heterosexuales y demás hombres y mujeres de mala fe. Arrocha”

—Arrocha —respondió la congregación de nuevo.

Cuando acabó el servicio, Noé se acercó a la familia de nuevo para agradecer su asistencia.

—Me alegro de verles, y especialmente a ti, Osi. Es bueno que la gente joven siga promoviendo los buenos valores de la religión, para que no se pierda —se empezó a dirigir únicamente a él mientras le daba la mano—. Estoy aquí para lo que necesites. Si tienes inquietudes o preguntas que quieras hacer, puedes hablar conmigo cuando quieras.

Osi sonrió diplomáticamente intentando aflojar la mano para ver si se la soltaba, hasta que finalmente lo hizo. Ellos volvieron a su casa a tener su comida familiar, como hacían todos los domingos.




Al día siguiente, Osi fue a clase y allí se encontró con Ada. Había estado un tiempo evitándola, pero esta vez se dio de bruces con ella.

OSI: Uy, hola. ¿Qué tal? Ya veo que andas perfectamente. Ya no necesitas ni las muletas, ¿no?

ADA: Hola —respondió ella con ilusión—. ¿Has visto qué bien? Parece que ya estoy completamente recuperada.

(Osi) Asir bendito. Qué guapa es. ¿Por qué esto tiene que estar tan mal? ¡Ella es una mujer! ¿Por qué me pasa esto a mí? Yo solo me meto en estos líos… Además, si cuando acabe el curso vuelvo a Madrid, para qué liarme.

OSI: ¡Gracias a Asir! Me alegro muchísimo, de verdad. A veces las cosas suceden por un motivo. Quizás Asir te haya puesto a prueba.

ADA: Sí, quizá —contestó ella un poco desmotivada por la teológica afirmación.

LUIS: Hola —apareció Luis de la nada y sorprendió a Osi por detrás—. Cómo estamos. Y no es una pregunta...

ADA: Anda, nena, cállate —lo cogió y lo puso a su lado para que no le incomodara más a Osi.

LUIS: ¿Pero qué tenemos aquí? ¡Qué reina es ella! ¡Pero si ya estás perfectamente, mari! Hacía días que no te veía por casa… Así que, ya puedes volver a la agencia de modelos, ¿verdad? Sabes que necesito saraos en vena, ¡pero ya! Tengo mono de famosos.

ADA: Bueno, Osi, perdona pero me tengo que ir. Hasta luego.

Y Osi se fue para clase.

LUIS: Cari —se dirigió a Ada—, que lo he oído hablando de religión desde la otra punta de la sala. ¿Por qué te embelesa tanto el monaguillo éste si tu eres tan atea y tan moderna, tú?

ADA: Calla, mari, que te quiero contar una cosa. Es algo que te quería decir hace tiempo, pero no encontraba la manera, pero es que si no te lo digo voy a estallar. Porque claro, tú sabes que eres mi mejor amigo…

LUIS: ¡Ay, por favor! Desconecta la maquinita. Parece que te hayan dado cuerda. ¿Qué pasa? Sabes que tú a mí me lo puedes contar todo.

ADA: Es que, verás, no voy a volver a la agencia —dijo ella entrecerrando los ojos esperando un grito de Luis.

LUIS: ¿Y eso es todo? Por favor, pensaba que me ibas a decir algo malo —contestó restándole importancia—. Bueno, supongo que no pasa nada… Me joderé y veré los cotilleos por la tele.

ADA: Menos mal. Pensaba que iba a perderte.

LUIS: Cari, ¿cómo dices esas cosas? Soy superficial, pero no tanto. Tú y yo seremos las rubias forever and ever.

Y Ada sonrió y lo abrazó muy aliviada.

ADA: Vamos a casa, anda.




Mientras tanto, Efrén con su recuperada visión, observaba a su compañero de piso Ulises, que se metió en la ducha sin camiseta y se notaba que se estaba poniendo en forma en muy poco tiempo. Pero decidió centrarse y hacerle una visita a Zac.

Cuando llegó a la casa de Zac y David (de Ada y Luis también), escuchó gritos de una discusión entre Zac y David. Tirso le abrió la puerta del piso, pero no dijo nada más. Así que él entró. A través de la puerta de su habitación se oía discutir a la pareja.

ZAC: ¡Es que no entiendo por qué sigues yendo con él si no sabes nada de él!

DAVID: ¡¿Quieres dejarme en paz de una vez?! Yo hago lo que me da la gana.

ZAC: ¿Y se puede saber por qué tiene que estar todo el día en casa?

DAVID: Qué más te da, Zacarías. ¡Si ésta ni siquiera es tu casa!

ZAC: ¿Pero cómo eres capaz de decirme algo así? —hizo una pausa dramática él—. ¿No sabes lo que me ha costado venirme aquí y lo incómodo que me sentía? Eso me ha llegado al corazón, David.

Y abrió la puerta del cuarto, encontrándose a Efrén que estaba escuchando, y Tirso que estaba sentado en el sofá, como de costumbre.

ZAC: ¡Y tú! ¡Estoy harto! —le dijo a Tirso—. ¡Fuera de aquí de una vez! ¿Es que no tienes casa?

En ese instante se abrió la puerta de casa, que llegaban Ada y Luis.

LUIS: Uuuuh, ¡dramas! ¿Otra vez la historia del niño raro?

ZAC: Cállate, Luis, hazme el favor que no estoy de humor.

A Tirso le empezó a dar el tic en el ojo y se fue de casa y Luis se quedó pensativo por este bizarro personaje, porque es verdad que ni sabían dónde vivía. Así que, como su curiosidad innata lo estaba matando, decidió seguirlo pero sin contárselo a nadie.

LUIS: Bueno, yo también me voy que tengo que hacer unas cosas y no aguanto vuestros dramas.

Y cerró la puerta de casa, dejando allí a Ada, Efrén, que permanecía inmóvil y sin decir palabra, Zac, que se metió en el baño, y David, encerrado en su cuarto.

EFRÉN: Bueno… yo mejor me voy —dijo yéndose incómodo por la situación.

Luis empezó a seguir a Tirso por la calle, que cada vez andaba más deprisa, como si supiese que lo estuvieran siguiendo. Luis intentaba no ser visto y hacía el menor ruido posible, pero el ruido de sus pisadas en un callejón de la ciudad se escuchaba demasiado. Así que decidió darle un poco de ventaja a Tirso, pero cuando se quiso dar cuenta lo perdió de vista. Al volver a casa se encontró por el camino a Osi, que caminaba cabizbajo.

LUIS: Vaya, vaya, vaya. ¿A quién tenemos aquí?

OSI: ¡Santa Ast! Qué susto me has dado. Hola, Luis.

LUIS: ¿A dónde vas a estas horas, querido?

OSI: Pues vengo de una práctica de la facultad que se ha hecho eterna. Pero ya me voy para casa.

LUIS: Venga, chato. Buenas noches.

OSI: Sí, hasta luego.

Osi siguió caminado por las oscuras calles que llevaban a su casa y pasado un rato, notó como alguien le seguía. Él aceleró el paso, pero la persona que iba detrás también lo hizo. Empezó a mirar a todos los locales cercanos para ver si había alguno abierto para poderse resguardar, pero era muy tarde y ya estaba todo cerrado. Su pulso se aceleraba, el corazón le iba a cien y notaba como el cuerpo se le empapaba de un sudor frío que cada vez era más abundante. Comenzó a callejear para intentar despistarlo, pero fue peor el remedio que la enfermedad: de la oscuridad salió otro hombre encapuchado vestido de negro que le puso una bolsa en la cabeza mientras el otro hombre que le seguía se acercó corriendo y le cogió de los brazos para impedir que escapara.

OSI: ¡Pero qué hacéis! ¡Socorro! ¡Socorro! —gritaba él en busca de auxilio, pataleando y forcejeando—. No tengo nada de valor. No llevo dinero. Por favor, soltadme.

Y forcejeando le dio un codazo en el ojo a uno y aprovechó para dar patadas en el aire, patadas que le dieron al otro encapuchado. Osi aprovechó la situación para quitarse la bolsa de la cabeza.

—¡Eh! ¡¿Qué está pasando ahí?! —un hombre se acercó corriendo y los encapuchados salieron despavoridos—. ¿Estás bien, chico?

(Osi) ¡Asir bendito! ¿Qué ha sido eso? ¿Ha sido un castigo por mi pecaminoso capricho? Vamos, sé realista. Seguramente querrían mi reloj, que tiene pinta de caro. Otra cosa no se me ocurre. Tengo que tener más cuidado cuando vuelvo a casa tan de noche.

Osi ni contestó. Estaba aterrorizado. Salió corriendo hacia su casa y subió, se metió en su cuarto y no nombró nada a sus sobreprotectoras madres. Intentó no pensar mucho en ello para procurar suprimir ese recuerdo tormentoso de su mente, como él solía hacer con éxito con otras situaciones traumatizantes de su vida.

4 comentarios:

  1. "Uuuuh, ¡dramas! ¿Otra vez la historia del niño raro?"
    Realmente, es una frase ÉPICA.
    jajaja me ha hecho mucha gracia, en seerio que sí.
    Y bueno la serie como siempre genial, ya va ogiendo más rumbo de misterio y tal!
    Mola ;)

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  2. jajajaja Luis tiene frases muy buenas que no sé ni de dónde me salen a veces XDD

    Ya queda poco para el final y la intriga irá aumentando... ji ji

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  3. Qué mono es Osi xDD Ada y Osi juntos YA por favor!!

    Ah, está bien que por fin hayas aclarado un poco esto de la religión! Ya me liaba con algunos nombres cuando los soltaban de repente los personajes (como lo de "Santa Ast")...

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  4. ;) Pues ya sabéis la historia principal de la religión. Si volvéis a tener dudas, recurrir a este episodio XDDD Básicamente, Asir y Ast son los dioses buenos y Suty el malo.

    Gracias a todos por seguir leyendo!! ^^

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